Ante la falta de una solución permanente, en esta nota nos preguntamos: ¿cómo podemos trabajar con el COVID-19?
Después de varios de meses de home office y trabajo remoto como resultado de la pandemia del COVID-19, y ante la falta aparente de una solución en el mediano plazo, surge la necesidad de diagramar una nueva metodología de trabajo. Anteriormente, se consideraba la presencia física en la oficina como un elemento fundamental para la productividad, cultura organizacional y adquisición de talento. Es por esta razón que las empresas invierten gran parte de sus ingresos en espacios modernos de diseño en los principales centros urbanos y en las mejores locaciones. Sin embargo, las circunstancias forzaron a la mayor parte de las empresas del planeta a adoptar un modelo remoto de forma temporal, y los datos obtenidos como resultado de esta experiencia están llevando a las empresas a cuestionar el rol de las oficinas dentro de su estrategia de recursos humanos.
Según un estudio realizado por Mckinsey, un 80% de las personas encuestadas informaron que disfrutaron trabajar desde sus casas. A este dato se le suma el hecho de que un 41% de los encuestados se sintieron más productivos, mientras que un 28% que manifestó que su productividad se mantuvo igual.
Muchos empleados liberados del traslado diario y reuniones presenciales han encontrado formas más productivas de pasar ese tiempo, disfrutando de una mayor flexibilidad para equilibrar sus vidas personales y profesionales. Esta nueva “libertad” es algo que muchos profesionales están buscando conservar ahora que pudieron experimentarla y decidieron que prefieren trabajar desde casa en lugar de la oficina. A estos cambios se le suma la necesidad de replantear las distancias en el espacio laboral para poder minimizar los riesgos.
A nivel mundial, las empresas están comenzando a evaluar qué posiciones pueden desarrollarse de forma remota y cuáles de forma física o con modelos híbridos. En muchos casos se está replanteando a las oficinas como un espacio de reunión primordialmente, el cual puede ser utilizado por los empleados para reuniones semanales que minimicen la interacción física.
No sabemos todavía qué medidas tomarán las empresas, pero algo con lo que podemos contar es que sin importar las soluciones que adopten, las herramientas de colaboración online serán imprescindibles. Poder integrar modelos de trabajo remoto, físico o híbridos va a requerir la capacidad de poder acceder a la información sin importar la locación.
Es por esto que herramientas como Office 365 serán fundamentales en cualquier dinámica laboral post COVID-19.
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