Los preconceptos sociales llevaron a que el sector más importante de la economía mundial no esté libre de la desigualdad de género.
Según la Organización Internacional de Trabajo, las mujeres tienen menos probabilidades de ser empleadas en el sector TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y cuando sucede, por lo general reciben una remuneración inferior a la de los hombres.
ILO (International Labor Organization) recolectó información de 116 países y detectó que en casi todos, independientemente del nivel de ingresos o la preparación académica, las mujeres están subrepresentadas en la industria de las TIC. En promedio, menos de 1/3 de los colaboradores del ambiente corresponde al género femenino.
Este dato no es menor considerando que son las compañías más importantes en el presente y lo serán en para el futuro de la economía mundial, porque generan millones de puestos de trabajo cada año debido a la alta demanda por parte de otras organizaciones, de toda índole y tamaño.
Con una brecha salarial del 9%, el caso de Argentina es uno de los más graves en cuanto a participación, ya que las mujeres componen tan sólo un 22% del sector. En este sentido sólo nos superan algunos países de Medio Oriente, Asia y África.
¿A qué se deben las diferencias en las remuneraciones? Según la Organización Internacional del Trabajo podrían ser consecuencia a las diferentes funciones que se le asignan a las personas de cada género en la industria. Otro fenómeno a destacar, es que cuanto mayor es la necesidad de calificaciones académicas para desempeñar una tarea, más amplia es la brecha salarial.
Estudios han demostrado que si no se consigue saldar esta brecha, los países del G20 perderán hasta 1,5 billones de dólares en crecimiento económico en los próximos 10 años.
Desligarnos de barreras impuestas por los antiguos modelos y apostar a la inclusión es más importante que nunca para seguir progresando y transformando nuestro entorno.
Desde Ctrl365 interpretamos el crecimiento en la demanda de Colaboradores Digitales como una posibilidad de equiparar la balanza e incentivar a las futuras generaciones a incursionar en el universo de los sistemas informáticos, capacitarse e innovar.